Nikola Tesla (Никола Тесла) fue uno de los más importantes inventores de la historia, dominó disciplinas tales como la física, las matemáticas y la electricidad y es considerado el padre de la corriente alterna y fundador de la industria eléctrica.
Entre sus inventos más importantes están la radio, las bobinas para el generador eléctrico de corriente alterna, el motor de inducción (eléctrico), las bujías, el alternador, el control remoto… Pocos de estos ingenios son reconocidos como suyos por el público general. Genio asombroso, visionario e inteligente como pocos fue sin embargo un personaje misterioso y oscuro, controvertido e incapaz de obtener beneficio de sus creaciones hasta el punto de ver cómo otro hombre recibía el premio Nobel por uno de sus inventos.
Popularmente ha sido relacionado con experimentos extraños, armas secretas y teorías irrealizables que sobrepasaban lo utópico e incluso rozaban la demencia. Además del electromagnetismo y la ingeniería eléctrica su trabajo abarca múltiples disciplinas tales como la robótica, la balística, la mecánica, la ciencia computacional y la física nuclear y teórica que le permitieron incluso poner en tela de juicio alguna de las teorías de Einstein.
Aunque poco conocido sin embargo sus inventos prácticos y funcionales son los cimientos de las civilizaciones tecnológicamente avanzadas de una manera tan elemental que de Tesla se ha llegado a decir que fue el hombre que inventó el Siglo XX.
Mini-Biografía de Nikola Tesla
Nikola Tesla (10 de julio de 1856 – 7 de enero de 1943) nació en Similjan, en lo que entonces era el Imperio Austrohúngaro y hoy es Croacia. Genio desde sus primeros años de estudiante y apasionado de las matemáticas y las ciencias era capaz de memorizar libros completos y de realizar complejos cálculos matemáticos para desconcierto de sus profesores.
Su padre que era pastor ortodoxo le presionaba para que siguiera su vocación religiosa, pero se sintió más motivado por el instinto desarrollador de su madre, creadora de artilugios que le servían de ayuda en las tareas del hogar como el batidor de huevos mecánico. Estudió ingeniaria mecánica y eléctrica en Austria y física en Checoslovaquia y trabajó en varias companías eléctricas y telefónicas por toda Europa.
En 1884 llegó a Nueva York. Tenía 28 años, unos pocos centavos y una carta de recomendación para Thomas Edison escrita por uno de sus socios en Europa que decía: «Querido Edison: conozco a dos grandes hombres y usted es uno de ellos. El otro es este joven.»
En aquella época Tesla estaba muy interesado en el estudio de la corriente alterna, algo que Edison veía en parte como competencia a sus instalaciones de corriente continua que desde hacía unos pocos años monopolizaba la iluminación de Nueva York y otras ciudades de EE.UU. Aún así Edison contrató a Tesla con el fin de que mejorara los diseños de sus generadores de corriente continua. Tesla se dedicó a esta tarea durante casi un año mientras que en el proceso proporcionaba a Edison diversas y lucrativas nuevas patentes. Pero cuando Tesla alcanzó sus objetivos Edison se negó a pagarle la recompensa prometida de 50.000 dólares alegando que tal promesa había sido «una broma americana». Peor aún, se negó a subirle el sueldo a 25 dólares a la semana, lo que hizo que Tesla dimitiera disgustado y decepcionado por el que hasta entonces había sido su héroe.
Después de una mala época, en 1887 la Western Union Company le proporcionó fondos con los que pudo dedicarse a investigar y trabajar en el desarrollo de los componentes necesarios para generar y transportar corriente alterna a largas distancias. Esta tecnología es básicamente la misma que se utiliza hoy en todo el mundo. Entre estos desarrollos se encontraban las bobinas y el motor eléctrico, presentes de forma masiva en la tecnología moderna.
En aquellos años George Westinghouse, inventor de los frenos de aire para los trenes y propietario de The Westinghouse Corporation, compró a Tesla sus patentes para la manipulación de la energía eléctrica y le ofreció además el pago de royalties por la explotación de la energía eléctrica que se generase con sus inventos. Esto supuso un respiro económico para Tesla, quien puedo dedicarse al desarrollo de otros inventos en su propio laboratorio. La comercialización de la corriente alterna fue el inicio de la Guerra de las Corrientes con Edison. Edison defendía el uso de su corriente continua (el estándar entonces en EE.UU.) mientras que Tesla defendía las ventajas de la corriente alterna, que fue la que finalmente se impuso –que es la que hay en los enchufes de tu casa. La ventaja principal de la corriente alterna que defendía Tesla es la facilidad de transformación.
Dado que la sección de los conductores de las líneas de transporte de energía eléctrica dependen de la intensidad, podemos, mediante un transformador, elevar el voltaje hasta altos valores (alta tensión). Con esto la misma energía puede ser distribuida a largas distancias con bajas intensidades de corriente y, por tanto, con bajas pérdidas. Una vez en el punto de utilización o en sus cercanías, el voltaje puede ser de nuevo reducido para su uso industrial o doméstico de forma cómoda y segura.
Edison únicamente defendía la corriente alterna para ser utilizada en la silla eléctrica con el fin de desprestigiarla mientras se dedicaba a electrocutar públicamente perros y caballos para demostrar los peligros de la idea defendida por Tesla.
Pero la corriente alterna era objetivamente mejor alternativa que la corriente continua y acabaría imponiéndose muy a pesar de Edison y General Electric que se había hecho con la tecnología de corriente continua de éste. En 1883 The Westinghouse Corp. fue contrata para desarrollar un generador de corriente alterna en las cataratas del Niágara.
Se construyeron gigantes conductos subterráneos y turbinas generadoras de más de 100.000 CV, capaces de enviar energía hasta Buffalo, a 32 kilómetros. Actualmente, entre el 50% y el 75% de la corriente del río Niágara es desviada mediante cuatro grandes túneles. El agua pasa a través de turbinas hidroeléctricas que proveen de energía a las áreas cercanas de Estados Unidos y Canadá antes de retornar al río.
Debido al coste económico que supuso por aquel entonces la carrera tecnológica en favor de la corriente alterna George Westinghouse le sugirió a Tesla que renunciase a recibir los crecientes royalties que éste venía recibiendo por la generación de energía. En un gesto magnánimo y torpe Tesla accedió y rompió el contrato que le unía a Westinhouse como agradecimiento a quien había creído en él en los inicios. Después de esto los problemas económicos de Tesla no tardarían en volver a aparecer para convertirse en una constante durante el resto de su vida.
En los años siguientes Tesla se concentraría en la experimentación especialmente en el campo de las ondas de radio y de las altas frecuencias.
Alta frecuencia
Gracias a las altas frecuencias Tesla pudo desarrollar algunas de las primeras lámparas fluorescentes de neón. También tomó la primera fotografía en Rayos X. Pero estos inventos palidecían comparados con su descubrimiento en noviembre de 1890, cuando consiguió iluminar un tubo de vacío sin cables, haciéndole llegar la energía necesaria a través del aire. Este fue el comiendo de la gran obsesión de Tesla: la transmisión inalámbrioca de energía.
Así llega el Siglo XX. En 1909 el italiano Marconi gana el premio Nobel por su aparato de radio que sin embargo utilizaba hasta 17 patentes tecnológicas propiedad de Tesla para transmitir la primera señal de radio que cruzó el Océano Atlático en 1901. No fue hasta 1943, una vez muerto Tesla, cuando la Corte Suprema reconoció la prioridad de Tesla sobre la patente de la radio. Pero este gesto estaba destinado más bien a evitar la demanda que Marconi había iniciado contra el Gobierno de EE.UU. por utilizar su radio durante la I Guerra Mundial.
Tesla utilizó sus conocimientos y patentes de radio para construir un barco teledirigido con la idea de incorporar su desarrollo a los torpedos y otros ingenios relacionados con la robótica que Tesla visualizaba como «hombres mecánicos diseñados para ayudar a los hombres en las tareas más tediosas» pero que sin embargo en aquella época no parecían tener aplicaciones prácticas:
Los trabajos de Tesla en robótica y comunicaciones en red sin cables han probado ser adelantados a su tiempo. Y sus diseños para una turbina sin aspas y una bomba sin ningún tipo de parte móvil (modelada a partir de un diodo) continúan intrigando a los ingenieros contemporáneos.
En sus últimos años Tesla se dedicó casi por completo a su gran sueño de transmitir energía de forma aérea, sin cables, aprovechando la coductividad de las capas superiores de la atmósfera, la ionosfera, para distribuirla libremente por todo el planeta.
Utilizando una enorme torre de más de 60 metros de alto llamada Wardenclyffe Tower o Torre de Tesla éste intentó demostrar que era posible enviar y recibir información y energía sin necesidad de utilizar cables. Sin embargo la falta de presupuesto impidió que la estación de radio siquiera se terminara de construir. Nunca llegó a funcionar del todo y la torre fue derribada en 1917 tras doce años de abandono. Hoy se conserva el edificio base con una placa conmemorativa en recuerdo de Tesla que se colocó en 1976, con motivo de su 120 aniversario.
Con el inminente inicio de la II Guerra Mundial la prensa se hizo eco del proyecto del “Rayo Mortal” de Tesla, un pulso electromagnético de tal potencia que sería capaz de derribar una flota de 10.000 aviones situada a 400 kilómetros de distancia. Tesla creía que si entregaba este arma a cada país para que lo utilizase como arma defensiva terminarían las guerras que él tanto odiaba. Y aunque aparentemente únicamente Rusia mostró cierto interés en la idea de Tesla y en general se considera que el rayo mortal es irrealizable, el invento se asemeja bastante a arma de rayo de partículas supuestamente desarrollada posteriormente durante la guerra fría.
Todo lo anterior estableción una relación entre Tesla y el evento de Tunguska, que pudo haber tenido su origien precisamente en los experimentos relacionados con el rayo mortal –aunque actualmente la teoría más aceptada al respecto es que dicho evento se debió a un meteorito que se destruyó en la atmósfera sin llegar a tocar suelo.
Nikola Tesla murió de un infarto en Nueva York el 7 de enero de 1943 en la habitación del hotel en la que vivía. Murió estando solo, casi arruinado y bastante olvidado, rodeado de teorías de conspiraciones y robos debido a la desaparición de muchos de sus papeles, notas y esquemas técnicos.