La Energía Eólica es una forma indirecta de la energía solar, en cuanto es una expresión del efecto de esta última sobre el sistema tierra- atmósfera- océanos. Las diferencias térmicas determinan alteraciones inversamente proporcionales en la presión atmosférica, de las cuales resulta el movimiento de las masas de aire: el viento.
Para la Humanidad, este movimiento, contenedor de un poder energético de considerable magnitud, ha significado un recurso natural energético de gran importancia, y su explotación ha sido realizada desde pasados muy remotos, sea para poner en movimiento medios de transporte, bombear agua, moler granos, etcétera.
La radiación solar incide con diferente intensidad de acuerdo a la influencia que sobre los distintos puntos del planeta imponen los diferentes factores meteorológicos (latitud, A.S.N.M. oceaneidad – continentalidad, topografía, composición de la superficie, etc.). Esto determina en primera instancia distintos calentamientos según la configuración de los mismos en distintos lugares. De acuerdo al calentamiento de la superficie terrestre, se produce posteriormente el calentamiento del aire sobre yacente.
El aire, como todos los gases, varía su densidad de forma inversa a la variación de su temperatura. Así, el aire más cálido resulta menos denso y más liviano, generando menor presión atmosférica (la fuerza que ejerce la columna de aire situada por encima de un cuerpo o una superficie determinada). La atmósfera cobra dinamismo con las variaciones de presión en la superficie, configurándose los grandes sistemas de vientos, dentro de los cuales el aire se mueve de las zonas de altas presiones hacia las zonas de bajas (movimiento que está influenciado además por el efecto de la rotación terrestre), en una constante pero inalcanzable búsqueda de equilibrio barométrico.
La explotación de esta energía del movimiento del aire es, dentro de las fuentes energéticas renovables, la que mayor incremento ha experimentado durante los últimos años.
La potencia que pueda obtener un sistema de conversión de Energía Eólica está determinada por la velocidad, la densidad, y las características del viento. Al aumentar la velocidad del viento, aumenta la generación eólica disponible. Por cada metro por segundo (m/s) de incremento, el viento aumenta el valor de su velocidad al cubo, y con ella el rendimiento de los generadores. La potencia del viento es proporcional al cubo de su velocidad.
Constancia y uniformidad del viento son dos características que determinan si el recurso eólico, en un lugar, es apto para ser aprovechado. La topografía, flora, estructuras presentes en un determinado lugar, etcétera, pueden hacer variar la uniformidad del viento y su constancia, generando turbulencias y alteraciones constantes que impiden el uso del recurso.
La densidad del aire, condicionada por la temperatura del mismo, favorece variaciones en la productividad de un aerogenerador. Con bajas temperaturas y mayor densidad, la incidencia del viento a una velocidad dada sobre las palas de un molino resulta más efectiva, (produce mayor rendimiento) que con igual velocidad pero menor densidad (mayor temperatura).
Si bien la explotación de este recurso es muy antigua -“La primera información con que se cuenta sobre la construcción de un molino de viento data de 200 años antes de Cristo. Este aparato fue utilizado en Persia para moler granos” – las herramientas fundamentales por medio de las cuales se realiza su aprovechamiento, la vela y el molino, poco han variado en su concepto estructural básico. Desde el primer modelo de molino, el molino Persa para la obtención de harinas, hasta los actuales aerogeneradores multimegavatios conversores de energía eléctrica, las palas se ocupan de captar el viento para transmitir su energía, por medio del eje rotor, a la máquina multiplicadora y luego alcanzar el fin buscado (moler maíz, mover la bomba de agua, producir electricidad).
En la actualidad, la industria eólica ha alcanzado un alto desarrollo, utilizándose materiales y tecnologías de última generación en la construcción de los molinos. Existen aerogeneradores capaces de alcanzar una potencia nominal de 2 MW/h, con un diámetro de palas de 80 metros y una altura de eje que puede alcanzar los 120 metros.
Los beneficios ambientales
– No existe minería, es decir no hay grandes movimientos de terrenos, ni arrastre de sedimentos, ni alteración de cauces de agua, ni contaminación por partículas, ni acumulación de estériles radiactivos.
– No hay metalurgia ni transformación de combustibles, o lo que es igual, no hay grandes consumos de energía, ni residuos radiactivos, ni problemas de transporte, ni mareas negras, ni contaminación del aire en las refinerías, ni explosiones de gas, ni agentes químicos agresivos.
– Tampoco hay combustión ni fusión de combustibles, por lo tanto no habrá accidentes nucleares, ni “vertidos controlados” de productos radiactivos, no emisiones a la atmósfera de Co2 ni otros gases invernaderos provocadores del cambio climático global, no contaminantes ácidos, no gases tóxicos, ausencia de polución térmica.
. No se generan residuos, por lo que no hay escombreras que además pueden arder, ni residuos radiactivos que obsesionarán hasta las generaciones que dentro de cientos y miles de años tendrán que habitar el planeta que hereden de nosotros.
Los beneficios sociales
– La Energía Eólica proporciona muchos mas puestos de trabajo por teravatio – hora producido al año (TWh/año) que cualquier otra fuente de energía: 542 la eólica, sobre 100 de la nuclear, 116 del carbón, etc. (datos del Worldwatch Institute, 1990).
– El impacto de la Energía Eólica sobre la Salud Pública es muchísimo menor que el de fuentes energéticas convencionales como la nuclear, el carbón, o el petróleo, cuyos efectos nocivos son sobradamente conocidos.
– El desarrollo de la Energía Eólica es compatible con otras actividades humanas debido a su escasa ocupación real del terreno.
– Una vez en funcionamiento la Central, queda excluida toda posibilidad de alteraciones en la calidad del aire, ya que no se producen emisiones contaminantes a la atmósfera. Los únicos perjuicios sobre este elemento del medio natural lo constituyen los ruidos mecánicos y aerodinámicos de la máquina, y la generación de sombras, que varía anual y diariamente. Aunque debe tenerse presente que las distancias a que se encuentran las áreas pobladas más próximas, y el grado de aceptación de la población por este tipo de obras son dos factores importantes que minimizan considerablemente esta clase de impactos.
La energía eólica en Argentina
Potencia Total Instalada (27.760 kW)
Los parques eólicos Argentinos:
Comodoro Rivadavia (Chubut)
Rada Tilly (Chubut)
Claromecó (Buenos Aires)
Darregueira (Buenos Aires)
Mayor Buratovich (Buenos Aires)
Punta Alta (Buenos Aires)
Tandil (Buenos Aires)
Cutral Có (Neuquén)
General Acha (La Pampa)
Pico Truncado (Santa Cruz)
Fuente: CADEGE – Cámara Argentina de Generadores Eólicos
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Fecha de publicación del artículo original: 21/10/2007